Hubo un momento específico en los últimos años dónde creo haber actuado un verdadero acto mágico que reprogramó el curso de los eventos en mi vida, de pronto parecía que mi cuerpo atraía abundancia y eventos positivos.
Si me estás leyendo ahora, dudo que sea la primera vez que has escuchado mencionar términos como manifestar y conceptos como el de la Ley de Atracción. Estos se relacionan a algunas de las varias y fascinantes teorías sobre cómo, encontrando una cierta sinergia con nuestro mundo interno, tenemos la capacidad de crear y moldear cada elemento de nuestro mundo externo.
Pues en ese momento del que te hablo, yo estaba buscando alguna manera para acceder a una dicha capacidad.
Corría el mes de octubre y yo sentía que no estaba logrando empezar mi vida profesional tras mis estudios, mandé emails a distintas ciudades y países sin recibir respuestas, estaba dispuesto a cambiarlo todo para poder empezar a trabajar en mi sector. Sin obtener resultados empecé a dudar de todo: de mí, de haber tomado la elección correcta con mis estudios, hasta que decidí experimentar conmigo mismo. Decidí dejar fluir.
Llegó noviembre. Me permití hacer unos gastos viajando, aunque hasta ese entonces me seguía repitiendo que no debía derrochar mis recursos sin antes encontrar ingresos estables. Eran gastos innecesarios, pues simplemente iba a visitar a unas amigas de la universidad, una se estaba graduando y la otra cumplía años. Ambas hubieran entendido perfectamente si no me hubiese presentado, aun así, decidí ir.
Recuerdo la ligereza de ánimo que logré adoptar esos días, al hacer las cosas simplemente porque las quería hacer. Sin sentir que me las debía ganar, sin sentir que no las merecía, sin actuar desde la carencia. Irónicamente, tras unos días después de volver a mi ciudad de residencia, me llamaron para trabajar en un set de una serie HBO y SKY. Antes de partir había mandado una aplicación por internet como Extra para la serie, pero en la llamada me preguntaron si podían integrarme directamente en el equipo de producción para ayudar tanto con los castings mismos, como con la organización en el set durante los días de rodaje.
No lo podía creer en ese momento, ni sé si efectivamente ese y los varios sucesos emocionantes que siguieron tuvieron alguna relación con mi cambio de actitud. Pero tenía sentido, después de todo había soltado y dejado ir como muchas veces me habían sugerido. Había empezado a hacer las cosas por placer y no por necesidad, pues tenía la fortuna material de poder hacerlo. Recordé muchas charlas y seminarios que había visto en los años pasados sobre la abundancia que atrae abundancia. Recordé unas palabras de Miguel Valls sugiriendo que, para atraer la abundancia, es importante comportarse de manera acorde: tratarse bien, comportarse como si esa abundancia hiciera ya parte de nuestra vida (que es fundamentalmente distinto de gastar sin cuidado alguno).
Pocos días después me confirmaron también un taller para actores que yo estaba organizando, diciendo que ya estaban llegando las inscripciones. Todo estaba saliendo bien de un momento a otro, y lo mejor de todo era que el esfuerzo que sentía era mucho menor. Todo estaba saliendo bien de manera fácil y sencilla, sin sentir que estaba mendigando para poder trabajar, para poder hacer lo que me gusta, sin sentir que debía insistir una, y otra, y otra vez.
Y es que cuando todo fluye pensamos estar dentro de un flujo divino, como si Dios existiese de nuestra parte, como una bendición y guía a la vez, como si el mismo cosmos aprobara de cada una de nuestras acciones.
¿Conoces esa sensación?
Pues para mí, ese momento se sentía mágico, y faltaba sólo una semana antes de empezar y poder disfrutar de estos trabajos.
(continuará en Aguas Profundas No Son Quietas – Parte II: Someras)
Daniel Vincenzo Papa De Dios
1 comentario en “Aguas Profundas No Son Quietas – Parte I: (des)Orilla”
Daniel, que bueno que estás compartiendo una experiencia tuya… creo que cuando encuentras un muro en el camino lo estás viendo como escalones que te dirigen a lo mejor a encontrar esa llamada que tienes. No te has rendido.
ODdr
Los comentarios están cerrados.